Dia 1 de maig 2020

Bona tarda:
Un nou divendres, em recorda que l’espai que vam començar amb l’esperança d’arribar a tots els que necessitéssiu un espai que pogués ajudar-vos, fora sempre una petita crossa que us ajudés a donar una miqueta de companyia i per voler també donar una escletxa de que “Tot ha de tenir una raó”.
Però el llarg confinament, la tristesa i les múltiples problemàtiques que poden presentar-se i donar veu i posar paraules aquest moment ,no és gens fàcil.

Hoy, viernes, cedo este espacio a:

• La reflexión y preguntas de Venancio (del Grupo de padres del Centre Cívic). Y “Desde mi sentir”, Lola.
• A un video que me ha cedido la Dra. Luján Comas (Tornar a nèixer).
• Una bonita poesía (“No son viejos”, de José Luis Garcia Guillermo).
• Y  una canción (“You raise me up”, por el cantautor Peter Hollens).

• Reflexión y preguntas de Venancio Romero Calleja.
  
  Buenos días familia: Soy Venancio y aunque no participo, pero sí estoy al tanto del Grupo, por Aurora.
  
  Hoy, dadas las circunstancias, os pondré una REFLEXIÓN. Será capaz el “HOMO SAPIENS” de recapacitar y pensar ¿qué futuro nos espera? ¿Cómo superaremos este desafío?
  
  El hombre, que es capaz de crear hasta bombas nucleares, ahora es incapaz de ”matar“a un insignificante “virus” ¿Dónde está el Homo Sapiens?
  
  El Humanismo es capaz de crear una inteligencia artificial; hacer trasplantes de corazón; de riñón; etc., de creerse “Dios” y ahora ¿qué?
  
  La humanidad supone que los científicos del mañana harán algunos descubrimientos que la salvarán. Yo me pregunto: si “Alguien Superior “nos quiere dar una lección y dice ¿QUO VADIS, tan rápido?
  

Desde mi sentir.

Buenos días: Venancio bienvenido.

Me encanta que abras una puerta a debatir, a reflexionar, a compartir, a derrotar a un virus que nos ha confinado, pero no me ha derrotado. Así que me levanto, empiezo a pensar cómo decirle que como enemigo nos ha desconcertado esperando que nuestros investigadores nos rescaten cuanto antes con un antiviral que frene a este agresivo “bicho” que me prohíbe abrazar a mis nietos, besar a mis hijos, reunirme y ayudar a quienes necesitan una mano amiga. Lo que él no sabe, ni me conoce, que mientras tenga vida, la ilusión, la fe y la esperanza vive en mí y que si ayer dudaba y hasta me quejaba que era demasiada responsabilidad la que me había creado, me ha dado el valor de saber esperar a que los antivirales y la vacuna lo derroten físicamente. Pero emocionalmente, socialmente y espiritualmente me ha dado el valor que creí estaba perdiendo. Creo en el ser humano que construye, rezo por él, que en su camino quiere o inconscientemente se mete en caminos sin salida. Ha nacido en mí, la ilusión por cuidarme, para llegar a escalar sin precipitarme a la cima, para dar a conocer que el mundo debe saber que el dolor de la despedida de un ser querido es de urgente necesidad, cuidar, mimar y ayudarles para que la paz y la serenidad, si se les acompaña y no se les encerre en el tiempo, volverán a la vida como juncos. Se alzarán entonces para ayudar a otros, que serán flexibles ante la adversidad en un momento dado, pero de nuevo y en poco tiempo sus armas generadas desde el dolor seguirán viviendo y admirando a un entorno que saben de todo, pero que perdieron por velocidad y stress, que el amor es el medicamento que no tiene contraindicaciones y que saber cuidarse es fundamental.

El ser humano tiene capacidad para pensar y recapacitar. El futuro que nos espera no lo conoce nadie, pero sí existe el futuro presente. El hombre es capaz de construir y destruir, y aunque no estoy segura que esta debacle cambie el mundo, si será más dulce. Finalmente Venancio te doy las gracias por abrir un rinconcito para reflexionar. Termino con un trocito de un verso reflexión: “Soy libre para hacer o deshacer de dibujar en pincel gordo o delgado la obra de mi caminar y tú impasible y silenciosa, no sé si te ríes o lloras. Cuando en el ocaso de mi caminar vuelvas de nuevo a mostrarse cruel, espero, muerte, irme contigo como amiga, Porque sólo así habré entendido, el VALOR DE LA VIDA”.
No nombro a “Mi Amigo”, porque estoy segura que me dio la libertad de pintar mi caminar según mi vida en cada momento. No creo que tenga el poder de fastidiar a nadie, pero sí a mí me dio la libertad de decidir seguir o pararme en el camino y morirme de tristeza. Con mi libertad decidí un día que, la vida, debe tener algún sentido y a veces cansada, agotada y triste aposté por un mundo, el que conozco más dulce. Así os conocí.
  Espero y deseo que miles de seres constructores de vida derrotarán al virus y volveremos a sonreír. Un abrazo a ti y para todos a los que un día volaréis pero vuestros ojos, llenos de lágrimas, un día se tornaron luces en la oscuridad para mí y para muchos.

Un abrazo,
María Dolors Estivill i Martínez (Lola).