Si algo he aprendido en estos años es, o te alías con la esperanza en que hay un nuevo amanecer, en nuestras vidas y una nueva normalidad en nuestro día a día…, o caemos después de oír tantas opiniones, teorías…, en un sin vivir.
El segundo tema, como tema importante y que se da en muchas tardes en Terapia es El Duelo Social y en el que es muy importante la función que tiene “Nuestro entorno”.
Este tema, como todos los que vamos a desarrollar, será siempre de la vivencia, visión personal y Grupal de Rosa María, Montse, y yo misma.
- Rosa María: EL ENTORNO EN EL DUELO
En nuestra vida diaria hay dos entornos: uno es el social que componen conocidos, vecinos, saludados… y otro es el personal formado por nuestra familia y amigos.
Antes de nuestro duelo teníamos perfectamente claros quienes pertenecían a cada grupo pero a partir de ese momento algunos de los componentes pasarán a formar parte del otro grupo y, algunos, simplemente desaparecerán.
Estas personas, sea por el afecto que nos tienen o porque quieren consolarnos de algún modo, cometen errores que todos hemos tenido que oír diciéndonos: ¡tú eres fuerte! ¡Aún eres joven y reharás tu vida! ¡Tendrás más hijos! ¡Él/ella no querría verte así! ¡Tienes otros hijos que te necesitan!
Todas estas frases y muchas otras son muy usadas y tópicas, se dicen con la mejor intención. Pero estas frases o estos consejos, que nadie ha pedido, hieren muchísimo y provocan un distanciamiento emocional entre la persona que sufre y quien las dice de un modo rutinario y por costumbre.
Todos los que han pasado por un duelo saben, en cambio, de la importancia de una mirada, de un apretón de manos o un abrazo. Callar y acompañar es el mejor modo de dar calor emocional. Si los que nos dirigen estas palabras y frases pertenece al grupo social sus palabras no deben herirnos aunque sí es posible que nos molesten, aunque vayan cargadas de buena intención, pero no nos conocen lo suficiente y no saben cuál es el mejor modo de dirigirse a nosotros.
En cuanto al entorno más cercano, que también está pasando su propio duelo, muchas veces no saben consolarnos desde su propio desconsuelo. El tiempo nos dirá a qué tipo de personas debemos mantener a distancia y quiénes son los que nos aportan comprensión, cercanía emocional para poder expresar nuestros sentimientos, compartir recuerdos, llantos, y que, a la vez, nos aporten calma y paz para el alivio emocional en nuestro duelo.
En fases tempranas, los entornos sólidos son los que deberán entender los cambios de humor, las expresiones de aparente enfado, las alteraciones, las emociones como respuestas, las reacciones fisiológicas por las que pasaréis y que son totalmente normales. Cada persona tomará sus propias soluciones y les dará su significado. Los entornos que tenemos son los que son y no podemos cambiarlos pero sí reconducirlos y amoldarlos teniendo claro que van a ser importantes para empezar a caminar la senda del duelo.
El entorno físico es importante pero el emocional es básico.
Rosa Maria M.
- Montse Larré: “EL ENTORNO” L’ENTORN (16.10.20)
Después de perder a la persona a la que tanto queremos, la relación que teníamos con nuestro entorno sufre un cambio muy importante y de forma bidireccional, tanto el entorno con nosotros, como nosotros con el entorno.
Sabemos que las relaciones humanas son complejas, y con el duelo todavía se pone más de manifiesto.
El reconocido escritor ampurdanés Josep Plà, refleja muy bien las diferentes categorías para clasificar nuestro entorno: Amics, coneguts i saludats (Amigos, conocidos y saludados). Es muy importante saber distinguirlas y ver la diferencia que hay entre ellas. Es importante saber quién es quién y no llevarnos decepciones que nos puedan causar dolor.
Personalmente puedo deciros que me llevé alguna que otra sorpresa, creo que cayeron muchos velos de mis ojos, el dolor me dio una perspectiva que no tenía, me di cuenta de que muchas relaciones que yo creía firmes, no lo eran, y otros de los que yo tenía por conocidos subieron de categoría y el que era un amigo auténtico, de esos que te sacan una sonrisa por mal que estés, esos estuvieron y están.
Pensad que no es fácil entendernos. Que las personas que nos rodean no saben cómo tratarnos, si es mejor estar callados a nuestro lado, si hablarnos de cosas cotidianas, si invitarnos a salir a que nos dé el aire, si llorar con nosotros, la verdad es que como no nos han enseñado a acompañar en esos momentos, es muy difícil para ellos saber exactamente qué necesitamos en cada momento, incluso ni nosotros mismos lo sabemos, pero cada uno hace lo que pude, desde hacernos un pastelito, un caldito, regalarnos un libro, comprarnos un regalito, todo ello para distraer la mente.
Por otro lado, reconozco también que no es fácil para nosotros entender el entorno, nuestra sensibilidad “a tope” hace que sintamos en algunas ocasiones, rabia, ira, envidia ante un comentario que nos pueda hacer daño sin darse cuenta.
Yo recuerdo a una persona que me contaba que estaba desesperada porque el novio que tenía su hija no le gustaba. Yo pensaba cómo me puede decir eso, si mi hija acaba de morir; o una persona muy cercana me dijo que si le pasara a ella, no lo podría resistir. La verdad he de decir que fueron casos muy aislados y, siendo honesta, antes de que me ocurriera a mí, creo que en alguna ocasión tampoco yo he estado a la altura cuando le ha pasado algo parecido a una persona de mi entorno.
Con la perspectiva que el tiempo me da, pienso que he de dar gracias a muchas personas que tuve y tengo a mi alrededor, que me han ayudado en este difícil caminar y reconocer que todos somos diferentes y en este mundo hay de todo y: saber, entender y valorar ese entorno que nos rodea después de nuestra pérdida, es muy, pero que muy importante para seguir avanzando
Montse Larré
- Maria Dolors ( LOLA ): MI ENTORNO
Mi escrito lo rescato de mi libro vivencial “TENGO UN ÁNGEL EN EL CIELO” ( no publicado, sí registrado) y escrito hace 20 años.
Los primeros meses fueron meses en los que creí que moriría de tristeza. El dolor por la pérdida de un hijo es inimaginable. No hay en el diccionario vocablos como para definir tanto dolor. Es insoportable.
Empecé a buscar ayuda muy pronto, pues me di cuenta que tanto si me gustaba como si no, la vida seguía. Entonces creí que seguía para los demás, pues yo sentía que se había parado. Todas mis ilusiones, mi futuro, mi proyecto de vida se había fundido. Me sentía extraterrestre en un mundo que, hasta entonces, creía formar parte.
Todo cambió.
La muerte es un huracán que barre con todo.
He mentado la sociedad y la familia porque al borde de la irracionalidad de los acontecimientos, he debido comprenderles yo a ellos. Esperar que ellos me entiendan, es hoy, y me doy cuenta, un trabajo y un esfuerzo de tiempo.
Al poco de morir mi hijo me di cuenta que unos, por miedo, otros por no saber qué decir o hacer, dejaban de llamarme por teléfono o acercarse por mi casa. Sí, y es verdad que a muchos les dije que cuando necesitara ayuda, se la pediría.
Pero el dolor es tan hiriente que huyes de los que te transmiten impotencia ante el dolor.
Estar al lado del que sufre, del que llora, del que desea morir, no es fácil. Yo debía encontrar el camino y necesitaba a gente que me dejara llorar; que me dejara patalear, que me permitiera decir que deseaba morir.
Pedía, sin pedir ayuda, para poder soportar tanto dolor. Encontré en la familia, en mi numerosa familia, un apoyo silencioso que les dejó paralizados. Ni tan siquiera podían pronunciar el nombre de Andrés. Sé también de su dolor y les respeté.
Pero a una de mis hermanas y una cuñada, no les importó verme derrotada. Sacaron fuerzas de donde, a veces, crees que no las hay y me dedicaron, cada una de ellas, un día a la semana para arroparme y ser simplemente la vasija donde vomité mi dolor, mi tristeza y mi añoranza.
Debo añadir finalmente que si en algún momento de mi duelo, mi entorno familiar, de amigos, o conocidos no han respondido ante mi dolor como yo hubiera necesitado, hoy, más que culpabilizar al entorno de esta soledad que he vivido, culpabilizo a la falta de cultura que hay sobre la muerte. A la falta de educación a la que nos somete una sociedad, dicen culturizada, que cree en todo menos en la finitud de la vida. Y si por un momento han pensado en ello, no le han dado el valor que este punto final de cada uno de nosotros se merece.
Vuelvo a repetir que una sociedad donde no se le ha culturizado ante la importancia de vivir sin finitud, no puede ayudarnos porque no saben cómo “saber estar sin presionarnos inconscientemente ante nuestra desesperación. Nos alejamos unos de otros por la falta de comunicación educativa y sensibilidad que esta cultura occidental ha querido y quiere ocultarnos, quiero pensar, para vivir mejor.
Algunos, después de leer estas líneas, se dirán: ¿Qué dejamos de hacer? Simplemente desaparecieron de mi vida y los que, puntualmente, conviven conmigo, parece, digo parece, se han olvidado hasta pronunciar el nombre de mi hijo. Sé que se sienten angustiados e impotentes ante la falta de recursos para ayudarnos y otros creen que sacando el tema a colación me hacen más daño.
¿Qué no hacen? Acompañarnos en silencio si no saben qué decirnos pasado el tiempo. Con un simple “te quiero”, un abrazo, tenemos suficiente.
¿Qué nos ayuda? Nos ayuda no sentirnos juzgados, el no caer una y mil veces en consejos desafortunados, el interpretar todo cuanto hacemos o decimos, como un dolor que, pasado el tiempo, no hemos curado y creen pueden llevarnos a un estado patológico, de locura. Que nos diagnostiquen y, sobre todo, que pongan tiempo a nuestra recuperación física, emocional o psíquica. Nuestro reloj mental es distinto totalmente al que no ha sufrido una pérdida tan cercana.
¿Qué nos molesta? A mí, pocas o casi ninguna de las actuaciones pasadas o presentes de quienes me quieren, me duelen.
- Estos pequeños párrafos copiados de mi libro, es un pasado que doy a conocer a quienes viven un duelo reciente o de los primeros años de duelo y a quienes les acompañáis en este proceso, que no deseo viviera nadie.
Fins el proper divendres, “ cuideu-vos , cuidaros”
Maria Dolors Estivill Martínez ( Lola )
Estoy totalmente de acuerdo con vosotras,es muy difícil que las demás personas te entiendan di no han pasado por lo mismo,la verdad que yo procuro estar con las que de verdad me dan tranquilidad y saben cuándo necesito un abrazo o un silencio que también ayuda,los demás procuro estar lo menos posible con ellos pues me enoja que con un tú puedes eres fuerte crean que me dan fuerza cuando es todo lo contrario,así que intento estar con quiénes me aportan tranquilidad,que es lo que necesito para poder sobrellevar esta situación que nos a tocado vivir.un abrazo.
Isabel, estas comprovando la dura realidad, el entorno en general, no sabe, no quiere o no puede acompañarte en el duelo. A pesar de tu dolor aprenderas a entenderlos a ellos…y hacer la selección que ya has empezado. El trabajo terapéutico te facilitará llehar a tener las herramientas y no solo saldrás tú sino que podras ser un apoyo aquellos de tu alredefor que pasen por este trance.
R. M
Dur, molt dur la pèrdua d’un ésser estimat i molt més la pèrdua d’un fill, sang de la teva sang , si és ben cert que de vegades la ignorància i/o el no saber la forma més adequada per no ferir mes a la persona afectada et bloqueixa el tipus d’actuació o no trobes la manera idilica de poder-ho fer ….Dolors et mereixes tot lo del món per haver trobat una pau dins de tot el dol , tristesa, desesperació les no ganes de viure de no continuar…..ets una persona d’admirar!! Tota la meva estimació per tu Dolors , una forta abraçada
Me ha encantado, y siento como mío todo lo que habéis escrito. Mucha decepción con algunos de ese entorno social, pero al mismo tiempo personas que estaban ahí, medio ocultas, han salido y me han ayudado con un abrazo o una mirada. Ahora pasados 22 meses, ya he perdonado a todos porque seguramente yo, en algún momento, tampoco supe que hacer o que decir por desconocimiento y esa falta de cultura delante de la muerte. Gracias Lola, Rosa María y Montse. Un abrazo / Maite
En viernes, 23 de octubre de 2020 09:07:07 CEST, Recursos d’acompanyament psicològic escribió: WordPress.com#yiv8085338891 a:hover{color:red;} | josepmtriasipeitx posted: ” Si algo he aprendido en estos años es, o te alías con la esperanza en que hay un nuevo amanecer, en nuestras vidas y una nueva normalidad en nuestro día a día…, o caemos después de oír tantas opiniones, teorías…, en un sin vivir.&nb” | |