TEMA: “MANERAS DE HACER EL DUELO”
INTRODUCCIÓN:
Otra vez con vosotros para tratar el tercer tema que exponemos a continuación.
Quiero dar las gracias públicamente a Rosa María y a Montse por su colaboración e intervenciones en los Grupos y en esta etapa con sus escritos que enriquecen el blog con sus vivencias y experiencia grupal.
Como introducción, comparto dos preguntas que le hacen a Mattieu Ricard y sus respuestas, en las que estoy totalmente de acuerdo
.
En una entrevista a Matthieu Ricard, le preguntaron:
- ¿Qué es la felicidad para usted?
“La felicidad no es simplemente una sucesión interminable de sensaciones placenteras (lo que parece más bien, una receta para el agotamiento”.
Es más bien una forma óptima de ser, que resulta del cultivo de muchas cualidades fundamentales como el altruismo, la compasión, la libertad interior, la resilencia, el equilibrio emocional, el equilibrio interior, la paz interior y otros.
A diferencia del placer, todas estas cualidades son habilidades que pueden cultivarse mediante la práctica y el entrenamiento de nuestra mente.
- ¿Y cuál es el secreto de la felicidad?
Altruismo y compasión
La búsqueda de la felicidad egoísta no funciona, es una situación en la que todos pierden. Uno hace miserable su propia vida, mientras hace miserable la vida de todos los demás.
Por el contrario, el altruismo es una situación en la que todos ganan. El objetivo es traer felicidad a los demás y remediar su sufrimiento y, como beneficio adicional, uno siente una gran felicidad al ser amable y benevolente.
- “MANERAS DE HACER EL DUELO”, por Rosa María M.
Maneras de hacer un duelo ¿Cuál sería el mejor modo de hacer un duelo?
Debemos tener en cuenta que todas nuestras reacciones en la vida dependen de unos factores muy claros:
- Nuestra propia manera de ser.
- El entorno en que vivimos, que siempre influye y condiciona, aunque no siempre seamos capaces de reconocerlo.
- Las circunstancias que nos rodean.
Estos tres aspectos influyen en todos y cada uno de los procesos de nuestra vida y, cómo no, en nuestro proceso de duelo.
Así pues, podemos decir que no existe un mejor modo de hacer un duelo, sino que este es absolutamente único y personal.
Esto es fácilmente comprobable al observar a los diferentes participantes de un grupo de duelo. ¡¡¡JAMÁS debemos comparar dos duelos!!! No hay duelos de primera, ni de segunda categoría. Solo existe el DOLOR y el DUELO por la muerte de un ser querido y por su ausencia.
Cada uno de nosotros lo siente y lo vive de la mejor manera que puede y ninguna es mejor ni peor que otra.
En una ocasión conocí a una persona que había enviudado por segunda vez. Ella contaba: “La primera vez que enviudé era muy joven, tenía tres hijos para sacar adelante, trabajaba mil horas, mis padres eran medianamente jóvenes y siempre estaban al pie de cañón y eran mi punto de apoyo en todos los aspectos y en esa primera viudez poco a poco salí del dolor.”
Tras muchos años rehízo su vida y volvió a truncarse con el fallecimiento de su nuevo esposo. En la segunda ocasión habían pasado muchos años pero también había cambiado todo, ella era mayor, estaba jubilada, sus hijos estaban independizados y vivían fuera del país y el apoyo de los padres se había invertido porque eran más mayores y estaban enfermos. Ella decía: “Ahora todo era diferente, sentía más dolor, estaba más hundida, menos activa en todo...” Pero tan dinámica como siempre, pidió apoyo a un profesional y a sus hijos. Entró en un grupo de trabajo de duelo y con constancia y trabajo construyó las herramientas para poder volver a una vida que ella quería recuperar, distinta pero no por ello con menos valor. Aprendió a vivir con paz interior la nueva situación sabiendo que el que se había ido viviría siempre en su interior.
A pesar de que el duelo es personal e intransferible, hay dos cosas que siempre debemos usar:
* El cuidado médico (porque suele haber disfunciones físicas por el duelo, podemos tener pérdida de sueño o de hambre y ansiedad). En todo ello es imprescindible la ayuda y apoyo de la medicina.
* Ayuda puntual de especialistas como psicólogo psiquiatra, necesaria para un elevado número de personas rotas por el dolor.
Todos estos cuidados no excluyen el asistir a un grupo de duelo.
El tener un entorno en que todos están en la misma situación, hace que, entenderse, sea sumamente fácil y estas personas son un ejemplo para quienes llegan nuevas al grupo. Pueden ver la evolución en los otros y se dan cuenta que ellos también pueden llegar, con ayuda y trabajo, a ese equilibrio y paz interior.
No hay tipos de duelo correcto o incorrecto, cada uno tiene que hacer SU DUELO y será ese y no otro el que le ayudará a llegar a su tranquilidad, su equilibrio y su paz interior.
- “MANERAS DE HACER EL DUELO”, por Montse Larré
Por mi experiencia vivida en el grupo de duelo al que estuve asistiendo después de la muerte de mi hija Anna y de los que posteriormente he ido colaborando, me doy cuenta, por comentarios que he oído desde fuera de los grupos, que nuestra sociedad desconoce por completo lo que dentro de esos grupos se trabaja.
Según mi opinión muchas personas creen que nos pasamos el rato de terapia llorando todo el tiempo y no es así. No se imaginan lo que allí se aprende, os aseguro que ni en el máster con muchos temas, se aprende más.
Lo primero, y muy importante, es cuando asistimos por primera vez, la persona que coordina el grupo, en nuestro caso, es María Dolors Estivill (Lola). Nos invita a presentarnos a los demás componentes y en la medida en lo que nos es posible, decir nuestro nombre y el motivo por el que hemos llegado al grupo. He de decir que ese momento es duro, cuando oyes de tu propia boca decir que estás ahí por la muerte de tu ser querido, yo cuando lo oí por primera vez era como aterrizar en un planeta desconocido y en el que a partir de entonces debería vivir. Una vez hechas las presentaciones los veteranos del grupo dan la bienvenida y todo el soporte y por primera vez piensas, estas personas sí me van a entender y a arropar de aquí voy a salir mejor.
Seguidamente se va preguntando a cada uno de los componentes cómo han pasado los días desde la última sesión, los logros que se han ido alcanzando, si en ese tiempo ha habido algún acontecimiento o experiencia que queramos compartir, siempre y guardando un respeto exquisito a todo lo que allí se diga por muy fuerte que sea, es el único sitio en el que puedes expresarte y contar todo aquello que se nos pase por la cabeza, sin el temor de ser juzgado por nadie, hecho que da mucha libertad y nos ayuda a desahogar esa pena tan dolorosa que llevamos dentro.
Posteriormente, con mucho acierto, tocamos temas muy delicados como la culpabilidad, la añoranza, la constante tristeza, el estado físico y anímico, etc., pero siempre de una forma muy sutil, contándonos sinfín de cuentos, mostrándonos láminas de dibujos o pinturas y de esa forma, utilizando lo que en psicología llamamos test proyectivos, mediante los cuales mostramos nuestras emociones y conflictos internos para poder hacerles frente.
Ya cuando parece que la sesión va acabando, se dejan unos minutos para que cada uno de los participantes nos diga qué es lo que se lleva a su casa de esa tarde; normalmente se coincide en muchas de las cosas y al cerrar la sesión de esta forma positiva, nos vamos a casa con la esperanza de haber subido otro escaloncito de esa larga escalera y con el deseo de volver la próxima sesión, llevando deberes para hacer hasta la próxima reunión.
- MANERAS DE HACER EL DUELO, por María Dolors Estivill (Lola)
La llevanza de nuestros Grupos presenciales, es quincenal y se trabaja durante 3 horas seguidas, teniendo siempre presente unas normas que debemos respetar todos. Una de ellas, y fundamental, es que todo cuanto piensen, sientan, expresen y compartan los asistentes, será siempre desde su vivencia personal.
El resto del grupo intentará escuchar sin interrumpir, sin juzgar, sin diagnosticar, sin aconsejar ni interpretar y, sobre todo, guardar confidencialidad de todo cuanto se comparta.
La primera hora se dará tiempo a los asistentes, para que puedan, sin forzar a nadie a hablar de sus dudas, de sus lágrimas, para preguntar de cuanto en la sesión pasada no le quedo claro… etc.
Seguidamente desde la conducción, según sientas la necesidad de cada usuario, les ayudarás a resolver todos los momentos que les bloquean y si en el Grupo hay quien sabes que se puede identificar con él, saltaré el orden porque sé, que éste le responderá desde la distancia, en cuanto al tiempo trabajado positivamente y que a él o a ella les ha servido. Pero siempre sin aconsejar. Éste empezará diciendo “si te sirve, viví hace tiempo el mismo problema, duda,… y al fin pude resolverlo así”. Pero nunca se dará un consejo.
Puede que, al ser grupos numerosos, sean varios quienes intervengan ante mi petición y puedan, entre todos, dar la ayuda necesaria para acompañar al compañero en el proceso y en un momento determinado, donde no veía solución alguna.
Interpretando el lenguaje no verbal de todos quienes no les es fácil hablar, te das cuenta que, antes o más tarde, empiezan a escuchar y a atender, para mí es suficiente. El tiempo y la semilla que cada tarde se da de sabiduría y respeto que todos poseen y que escuchan, van integrándose en un espacio que les entiende y les va dando el calor y la seguridad que necesitan.
Ver sus ojos al entrar en sala y ver de nuevo esos mismos ojos cuando termina la sesión, el brillo especial que desprenden, aún no puedo definirlo. Pero me da las fuerzas necesarias para seguir, después de muchos años dando la mano a quienes llaman a nuestras salas, para acompañarles en este caminar.
La segunda hora les planteo un tema de las que vamos desgranando en este blog. Después doy la palabra a quien del grupo sé que aún lo tiene atrapado o no ha encontrado los recursos y les doy a todos, porque todos, el tema de un modo u otro lo viven, pautas, técnicas, razones y les planteo como enfrentarse a ellos…pero solo lo planteo, nunca les aconsejo. El mejor maestro está dentro de ellos.
Y en la tercera hora, ya sea un párrafo, un cuento, una frase, una lámina con una fotografía determinada, una metáfora, etc., se reflexionará y extraeremos una lección de vida.
Para terminar, cada uno de ellos, ante mi pregunta: ¿qué te llevas de esta tarde, de esta sesión? Generalmente intervienen todos.
Es para oírlos. ¡Qué sabiduría habita y expresa el ser humano, cuando le das el espacio y una mano amiga en este proceso!
¡Cuidaros!, cuideu-vos! i fins divendres 26 de febrero.
Una abraçada. Un abrazo.
María Dolors Estivill Martínez (Lola)
Simplemente darte la enhorabuena, LOLA, pues el método que utilizas con nuestros semejantes, creo que es el más apropiado y lo digo porque respetas el LIBRE ALBEDRIO y no das consejos sino sugerencias ya que el MAESTRO que cada uno llevamos dentro de encarga de indicarnos el CAMINO que debemos seguir.
Un abrazo.
P.D.
Por cierto gracias por la canción de LAURA PAUSINI pues la desconocía y me identifico TOTALMENTE con ella.
Besos.