TEMA: “VIVIR O SOBREVIVIR”
INTRODUCCIÓN:
Buenos días a todos.
Hace ya un año que los Grupos presenciales se cerraron porque debíamos tomarnos en serio a un virus que, con un poder infectivo inusitado, invadió a un mundo que en un principio creyó que era simplemente uno de tantos y que nuestra industria farmacéutica y todo el poder económico, que creía ser invencible en una carrera hacia un futuro siempre incierto, nos salvaría en meses de una pandemia.
Poco después se declararon impotentes, desconcertados, ante la malignidad del virus que quiso quedarse y en definitiva decirnos que somos vulnerables y que tampoco somos eternos.
- “VIVIR O SOBREVIVIR”, por Rosa María M..-
Vivir sin sobresaltos en una de nuestras pretensiones, nos parece lógico, lo más usual y apropiado en nuestro devenir. No somos conscientes de que esa lógica puede desaparecer, que lo usual puede convertirse en rareza y que de aquello que creíamos apropiado e inmutable ya no queda nada.
Muchas veces utilizamos un lenguaje coloquial, en el que todo cabe. Es fácil escuchar a personas comentar:
-ESTOY DEPRE… refiriéndose a que se ha tenido un día complicado o un mal día en general.
-¡UF! HEMOS SOBREVIVIDO… cuando solo han pasado un par de días cuidando a su pequeño con gripe.
Cuando de veras estamos deprimidos, tristes o intentado sobrevivir, nos damos cuenta del potencial real de esas palabras. El uso incorrecto y exagerado de ese tipo de expresiones, vulgariza lo que en realidad es una situación difícil de sobrellevar.
En el momento en que se abre ante nosotros la puerta oscura y profunda del duelo, somos conscientes del auténtico significado de VIVIR y SOBREVIVIR.
VIVIR era lo que hacíamos antes, con sus luces y sus sombras, deseando que llegara un mañana para seguir o arreglar lo que hubiera salido mal sin más, llenar con sentimientos creativos nuestra vida y reconocerla en todo lo que éramos, sentíamos y hacíamos y en lo que nos ocupaba o nos ocurría.
SOBREVIVIR representa separarnos de los demás, huir de la realidad, de lo que nos pasa y rechazar al mundo entero. Aislarnos y no pedir ayuda.
Viviremos y sobreviviremos varias veces durante nuestra vida. A veces de un modo más leve y otras de un modo más intenso y profundo. Habrá tiempos donde respirar y comer serán actos hechos por inercia o por la insistencia de alguien que nos quiere bien.
Con el tiempo y el trabajo llegaremos a la creación de unas herramientas propias para afrontar esos momentos y volver a VIVIR. No será un calco de lo ya vivido pero sí volverá a llegar una fase de plenitud y sentimiento como la que habíamos conocido.
Encontraremos de nuevo paz y energía para seguir y para intentar cosas nuevas que tal vez ni nos habíamos planteado.
De cada experiencia, si nos lo proponemos, podemos crear las herramientas necesarias para volver a sentir, construir y dar.
R.Mª M.
- “VIVIR O SOBREVIVIR”, por Montse Larré.-
En este blog hemos hablado con anterioridad de la culpa que nos aflora después de la muerte de un ser querido y creo que el eliminar ese fantasma de nuestras mentes, es uno de los puntos de partida para plantearnos qué debemos hacer después de la muerte de esa persona que tanto queremos, si solo queremos SOBREVIVIR o VIVIR, así en letras mayúsculas. El hecho de que surja en nosotros ese sentimiento de culpabilidad, contribuirá en la decisión de cómo va a ser nuestro futuro a partir de ese momento, y que se decida entre esos dos caminos, sobrevivir o vivir.
Me vienen al recuerdo todas esas tardes que tanto han hecho para que yo pueda decir que, después de la muerte de mi hija, optara por VIVIR –en mayúsculas y escrito con letras de los colores más relucientes- y recuerdo que una tarde, Lola, nos pregunto que dijéramos qué era para nosotros la vida y después de múltiples y diversas contestaciones, me salió del alma, sin pensarlo demasiado que, para mí, la vida es una “Oportunidad”. Lo dije desde el corazón, sí, después de pasado el tiempo lo sigo pensando, la vida es una oportunidad. Cuando nacemos es como si se nos dieran unos ingredientes para elaborar una comida, ya nos los pueden haber dado de primerísima calidad, frescos, exóticos, que nos proporcionen toda clase de utensilios y maquinaria para elaborarlos, todo lo mejor del mundo, pero que si nosotros no nos ponemos manos a la obra, ponemos todos los sentidos, las ganas, la creatividad, la ilusión para que podamos realizar la mejor receta del mundo, que sea comestible, que no quede cruda, que no se nos queme, pues esto es lo que creo que ocurre en nuestra vida. Podemos vivirla como una comida solo para subsistir, insulsa, sin ningún tipo de atractivo o podemos vivirla como eso, como la gran oportunidad que creo que es y que sea como la receta que merezca todas las “estrellas Michelin”.
Nuestras creencias, sean las que sean, en la vida hay que aprovecharla, es difícil, sí, muy difícil a veces, pero pensad por un momento, qué harían esas personas quienes la vida ya se les acabo, que esa oportunidad se les agotó, y sobre todo, estoy completamente segura, de que ellos querrían que viviéramos no solo que sobreviviéramos. Pongamos toda la carne en el asador para que así sea.
- “VIVIR O SOBREVIVIR”, por María Dolors Estivill (Lola).-
Respetando todas las opiniones y una vida llena de enseñanzas, ahora así lo creo, después de vivir muchos años y de un largo caminar por un mundo que jamás hubiera previsto, soñado o pintado, he llegado a la conclusión que, aunque la vida ha sido para mí un vivir en presente y conviviendo con el día a día inconscientemente, vivía siempre colgada de pasado y del futuro.
Fue en un momento determinado, cuando la muerte me enseñó la lección que aprendí desde el dolor si quería seguir viviendo, y fue simplemente ésta, quien despertó en mí tres preguntas: ¿La vida es una estafa, un reto, o tenía algún sentido?
Si era una estafa, viviría muriendo todos los días.
Si era un reto, en un principio me motivó, pero había perdido demasiado como para que me motivara seguir viviendo. Pero eso sí, me permitía sobrevivir un poquito mejor, o
¿Tenía sentido la vida? En el momento que me hice esta pregunta, dentro de mí, oí sin oír la respuesta, “Toda vida tiene sentido”.
Ahora puedo afirmar, desde mi sentir, que toda vida, y todas ellas, tienen mi reconocimiento y mi respeto, que no es nada fácil vivir los tres estadios en un corto periodo de tiempo, entenderlos, aprender de ellos y volver a sonreír…
Nos han enseñado muchas materias para circular por un mundo incierto desde que nacemos, pero no nos han enseñado a lidiar, ni a entender el mundo de los sentimientos cuando, en un momento dado, todos ellos golpean fuertemente tu alma, tu corazón, tu estructura mental, … podemos llamarle como queráis y te das cuenta que pueden contigo.
Creo que he pasado un tiempo indeterminado por todos ellos y de todos los estadios podría escribir un libro o resumir cómo se vive en cada tramo y he aprendido que son pasos necesarios para entender que la vida tiene sentido.
Ahora después de trabajarme mucho, he reducido la vida en tres estadios:
– En primer lugar, vivir muriendo cada día. Lo he vivido en ocasiones y no se lo deseo a nadie.
Ahora vivimos momentos que se presentan complicados y nos pueden hacer vivir en la incertidumbre, en el del desconcierto, en el de la tristeza, en el del cansancio etc., pero solo la muerte no tiene marcha atrás.
Creo que vivimos un tiempo de aprendizaje y que la esperanza es nuestro salvoconducto, sino tiramos la toalla y si no se puede con él, el buscar ayuda es bueno y necesario. Siempre hay alguien que os dará la mano.
– El segundo estadio es sobrevivir. Cuando viví ese periodo de mi vida, pensé que había “superado” mis problemas, que mis sentimientos heridos habían encontrado un oasis para descansar.
Más tarde fui consciente que era una vida pendiente de los demás, creí que el entorno era el flotador para no ahogarme. Pero no era así. Es una época que solo trabajas para tu entorno y que el cansancio se hacía presencial en mi vida y fue entonces cuando la tristeza y la añoranza volvió con más fuerza.
– Por último me di cuenta que no debía desmoralízame. Recordaba aquellas palabras: “toda vida tiene un sentido”. Pero ¿dónde hallar este sentido? ¿Qué buscaba? ¿Cómo vivir el día a día?
Emprendí de nuevo mi camino con la esperanza como amiga, y encontré en él, quien me enseño a vivir el momento cómo lo único que poseemos, a valorar los pequeños momentos que no supe saborear cuando los vivía, como ahora lo hago y cuando se complican, he aprendido a saber gestionarlos.
Paralelamente aprendí una asignatura, que vive dentro de mí. Encontré la sabiduría que todo ser humano posee y aprendí a conectar con ella. Fácil no es, pero me di cuenta que con trabajo y fuerza de voluntad, se consigue y te das cuenta que, no solo eres ese disfraz con el que te conocen y correteas por esta vida, sino que dentro de nosotros vive este trocito de cielo que nos ayuda a encontrar las mejores respuestas, que nos acompaña y el camino para seguir viviendo, para alcanzar y encontrar algún día este cielo de paz, amor y justicia que sé, de cierto, existe.
Hoy ya he encontrado el sentido a esta aventura terrenal.
Si de verdad creyera que soy un experimento físico, que soy nacida de una explosión llamada el Big-Bang, de unos antepasados que creo, eso sí, que han evolucionado, pero que todo tiene explicación científica, hoy, con todos mis respetos a sabios, científicos y personas que creen en teorías, más o menos explicadas y confrontadas, les diría, como siempre digo, a todos quienes no comparten mis creencias, simplemente les respeto.
Pero, a mí, aunque todo estudio físico y del saber me encanta oír y disfruto de una amena conversación de pareceres distintos, mi otro yo, ese ser interno y querido trocito de un cielo del que ansío algún día volver a formar parte, está colgado por amor a una creencia firme, de que todo tiene explicación en el “MÁS ALLÁ”, del que creo, formaré parte de nuevo cuando, si no olvido nunca mi “Norte, mi Meta”, alcanzaré ese lugar paradisíaco donde habitan mis seres queridos, al que yo llamo Cielo, y les llevaré un CAPAZO DE ROSAS, NO DE TRISTEZAS.
Fins el proper divendres dia 26 de març del 2021
Un abrazo, Una abraçada
María Dolors Estivill Martínez (Lola)
Muchísimas gracias a la tres 😘😘😘
Lola, Montse y Rosa Maria,
Gracias por vuestras aportaciones reflejan vuestra talla cómo personas al evolucionar sobre un tema largo y complicado del que seguramente habéis salido fortalecidas y con esa capacidad para transmitir el optimismo, la fuerza y la esperanza a aquellos que ya no creen tener ninguna OPORTUNIDAD DE VIVIR.
Mi más sincero respeto y admiración hacia vosotras.
Un abrazo.
Mari Carmen Manchado